Juan José, mecánico: “Al cambiar la rueda con el gato puesto, pon la nueva debajo por si acaso, así ni nos cargamos el coche no nos pilla la mano”

Un fallo en la presión de la rueda de repuesto puede convertir una avería sencilla en un problema serio. Antes de salir a carretera, muchos conductores revisan aceite, líquido refrigerante o luces, pero olvidan comprobar que la rueda auxiliar esté en condiciones.
Ese descuido puede dejar tirado a cualquiera en el peor momento, justo cuando más falta hace. En un taller, un mecánico ha explicado cómo sustituir una rueda y ha insistido en la importancia de este detalle que, según cuenta, pasa por alto con demasiada frecuencia.
En su demostración, el mecánico comienza buscando la rueda de repuesto y las herramientas necesarias, que suelen guardarse bajo la tapa del maletero o en la parte inferior del vehículo. Señala que es imprescindible contar con el gato, su palanca y la llave para los tornillos. Con el freno de mano bien puesto y la marcha engranada, aconseja aflojar primero los tornillos antes de levantar el coche.
El gato, explica, debe colocarse en el punto indicado por el fabricante, normalmente junto a un saliente preparado para encajar la guía del dispositivo. Una vez elevado el coche, recomienda meter la rueda nueva debajo como medida de seguridad antes de retirar la dañada. “Al cambiar la rueda con el gato puesto, pon la nueva debajo por si acaso, así ni nos cargamos el coche ni nos pilla la mano”, señala.
Con la pieza vieja retirada, encaja la de repuesto alineando agujeros. Recuerda que la parte cónica de tornillos o tuercas debe ir hacia dentro y que hay que apretar primero a mano y después con la llave, siempre en cruz. Cuando el coche vuelve al suelo, realiza el apriete final con más fuerza para asegurar un buen ajuste.
Antes de dar por terminado el trabajo, insiste en que conviene revisar la presión de la rueda de repuesto con antelación, ya que encontrarla baja en el momento del cambio dejaría la reparación a medias. Recomienda disponer de un inflador portátil para poder solucionarlo al instante. Una herramienta pequeña, pero que puede ahorrar muchos problemas y, sobre todo, evitar que el viaje acabe antes de tiempo.
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